YASUKE, EL ESCLAVO AFRICANO SAMURAI


Japón no fue un país donde acogiera con buenos ojos a los extranjeros, de hecho se crearon leyes en contra de los mismos, menos aún suele asociarse con los inmigrantes procedentes de África o el Caribe. Sin embargo hubo excepciones. El caso más conocido es el del Samurai Yasuke.

A finales del siglo XVI, el más poderoso señor de la guerra de Japón, Oda Nobunaga, tenía un guardaespaldas africano llamado Yasuke al cual se le concedió el privilegio de Samurai, conocido como Yasuke Makua, presumiblemente originario de Mozambique o desde algún lugar de la región del Congo.

Yasuke llegó a Japón en 1579 como el sirviente del jesuita italiano Alessandro Valignano, que había sido nombrado el visitante (inspector) de las misiones jesuitas de las Indias.

Curiosamente, hoy casi nadie recuerda en Japón a jesuita Alessandro Valignano, mientras en Japón se llenan paruqe y museos con la figura del samurái  africano.

Numerosos grabados de la época nos hablan de este suceso, y los libros de historia nos relatan su pasado.

Cuando  Yasuke  llegó en  Marzo de 1581 a la capital, causó una especie de sensación ante la población japonesa.  Dicen que varias personas murieron aplastadas mientras se avalanchaban para verlo. Nobunaga oyó  hablar de él y expresó su deseo de verlo. Ante la sospecha de que el color negro de su piel podía ser pintura, Nobunaga ordenó frotar su piel con una piedra pómez.

Hay quien dice que el propio Yasuke Makua dejó descendencia en Japón.

El hecho de que Yasuke sea uno de los más conocidos samurais  no japonés y de origen africano, no es un caso aislado, se especula de que un Shogun llamado Sakanoue no Tamuramaro ( 758 -811 ), podía ser de origen africano. Existe desde entonces un dicho popular que reza: "“Para que un samurai sea valiente, debe tener un poco de sangre de Negro.” 

Todo ello sin contar con los números esclavos que llegaron a Japón con los Portugueses, Ingleses y Holandeses, muchos de ellos por su fortaleza física y por


su considerable altura con respecto a los nipones, eran contratados como guerreros, si eran buenos y destacaban en batalla, cualquier Daimyo no dudaba en hacerlo Samurai.

Por alguna razón que se desconoce a ciencia cierta, gran parte de la historia ha sido ignorada en voz baja, colocando el asunto en una luz muy diferente a como sucedieron los hechos. Otros más eruditos que yo y mucho más estudiosos, parecen afirmar que  indiscutiblemente  en Japón jugaron un papel importante la gente procedente de África, en las fases más remotas de la antigüedad japonesa, más aún en el siglo IX.

Por muchos años fue ocultada la figura de Tamuramaro a la historia japonesa, por considerar a este no grato por su procedencia africana.

Sobre este supuesto origen africano, se cuenta con escritos dejados por varios antropólogos e historiadores a inicios del siglo XX e incluso, se especula por el simple hecho de haber visto una estatua del samurai, en donde aparece con supuestos rasgos africanos (cabello ensortijado, nariz ancha). En este punto también destacan la peculiaridad de la raza ainu, que físicamente son distintos a los japoneses (mayor vellosidad, rasgos faciales más marcados, etc.), y por el hecho de tener mayormente una piel más oscura y lucir mayor vellosidad (como largas barbas o poseer más vellosidad corporal que los protege naturalmente del frío de Hokkaido), ya muchos argumentan que los ainu tienen ascendencia africana más que japonesa.

Aunque sea falso, esta afirmación (sobre las raíces africanas de Sakanoue Tamuramaro o los ainu) hace que se considere la posibilidad que los africanos llegaron a las costas japonesas antes de la llegada de los europeos.

Midori Fujita, catedrática de la Universidad de Tohoku, determina que el número de africanos en Japón por el siglo XVI superaba la centena, llegando en calidad de sirvientes, esclavos, asistentes, marineros, soldados e intérpretes y hasta animadores o artistas y que no solamente se encontraban al servicio de los europeos, sino también de los japoneses.

"Kurombo", es un término que se utilizaba, y se continúa utilizando hasta nuestros días en Japón para referirse al "negrito", término que no procede del Nihongo (idioma japones), sino del idioma Africano de Mozambique.

Del mismo modo, aún existe en el vocablo japonés, muchas palabras de origen portugués.

Amanderu (de amêndoa); barusamo (de balsâmo); bauchizumu (de baptismo); beranda (de varanda); birado (de veludo); bisoroito (de biscoito); botan (de botão); chuchin (de cetim); esukudo (de escudo); irman (de irmão); jabo (de diabo); kahii (de café); kapitan (de capitão).

Es decir: Amanderu (de almendra); Barusamo (de balsam); Bauchizumu (de bautismo); (De balcón); (De terciopelo); Biselito (de galleta); Botan (de botón); Chuchin (de satén); (De escudo); Irman (de hermano); Jabo (de diablo); Kahii (de café); Kapitan (de capitán).

OTROS SAMURAIS DE ORIGEN NO JAPONES

William Adams es a menudo conocido erróneamente como el primer samurái


extranjero. Sin embargo ya hemos visto que le precedió un africano llamado Yasuke, que sirvió a Oda Nobunaga unos veinte años antes de que Adams llegara. También es probable que algunos coreanos o chinos sirviesen a algunos daimyos durante el Período Sengoku.

Jan Joosten van Lodensteijn (1556-1623), al parecer Joosten también se convirtió en samurai y residió en el castillo de Ieyasu en Edo. Actualmente el área ubicada en la salida oriental de la estación de Tokio es conocida como Yaesu. Yaesu es una deformación del nombre japonés del holandés, Yayosu.

Edward Schnell sirvió a los Aizu como instructor militar y proveedor de armas. Fue premiado con el nombre japonés de Hiramatsu Buhei, que era una inversión del nombre del daimyo Matsudaira. Hiramatsu (Schnell) ganó el derecho a usar espadas, así como a residir en el pueblo del castillo –Wakamatsu, tuvo una esposa japonesa, y sirvientes. En muchas referencias contemporáneas aparece descrito usando un kimono japonés, un sobretodo, y espadas, con pantalones y botas occidentales.

Durante la Guerra Boshin (1868-1869), los soldados franceses se unieron a las fuerzas del shogún contra los daimyos del sur que querían la restauración del emperador Meiji. En los archivos figura que el oficial de la Armada francesa Eugene Collache luchó con prendas samurai junto a sus hermanos de arma japoneses.

Jules Brunet (1838-1911), dicen de este pudo ser el último samurai occidental.

Uno de los papeles por el que se recuerda a Tom Cruise, es por la película del último samurai. Un norteamericano que viaja a Japón para adiestrar al ejército imperial japonés y se acaba uniendo, embelesado por su mística y filosofía, a la rebelión de samurais que luchan contra una modernidad que les priva de sus prerrogativas.

Aunque pueda parecer que el personaje al que dio vida es totalmente ficticio, no lo es tanto. Se inspiró en la vida de un oficial francés: Jules Brunet. Un hombre nacido en Belfort en 1838 y que a los 19 años se licenció en la Ecole Polytechnique, entrando como oficial en la rama de artillería.

Hacia 1867 se le envía a Yokohama, como parte de una misión militar enviada para modernizar el ejército del Shogun Tokugawa Yoshinobu, ya que el ejército francés era considerado en aquellos tiempos el mejor del mundo. En esa época era él quien mandaba en el país, actuando como regente del Emperador Meiji, el cual era una figura meramente simbólica. Brunet fue enviado para instruir a los japoneses sobre el uso de la artillería, ejerciendo sus funciones durante un año.

No se descarta de ninguna de las maneras, que el Samurai  Hasekura Tsunenaga  pudiera otorgar el privilegio de ser Samurai algún español. De hecho se oyen rumores de que sí.

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