El Gokyu y el Maestro.

Estimados Sensei, maestros, judokas y artistas marciales.

Ayer tuve la oportunidad de leer un fabuloso escrito del Sensei Dionisio de la Torre, Jr. sobre el programa de judo o gokyo y los aportes de varios maestros a las técnicas del mismo.  Más tarde Félix Carrera me envió otro trabajo donde se destacaba y se ponderaba las virtudes de un maestro. Después de leer detenidamente estos valiosos escritos sobre el magisterio, expresó para ustedes mi criterio sobre el tema.

La importancia del maestro, quién es un maestro.

Son esas personas que nos enseñan educación formal o una especialidad a través de nuestras vidas. Incluso se extiende a aquellas disciplinas que hemos aprendido por fuera de la educación formal y las aulas, por ejemplo, si hemos aprendido artes, pintura, música, a tocar algún instrumento, algún deporte o artes marciales en general. Todas esas personas han sido nuestros maestros, aunque en la práctica le hayamos dicho, “profe” o “entrenador”.

 Ahora bien yo debo hacer una salvedad y aclaro, los maestros de verdad, son otra cosa hayan estudiado o no en una Universidad para enseñar acerca de una disciplina son admirables, tengan o no un diploma específico.

Son personas que tienen y han conocido la empatía. Además los (MAESTROS) muestran un conjunto de valores que los destacan y que los resaltan a simple vista por encima de los demás.

Ellos son un ejemplo personal para nosotros.  Ellos nos transmiten sus enseñanzas y valores que van mucho más allá del conocimiento de la especialidad o materia que imparten.  Ya sea en la educación formal o en otras disciplinas.

En mi opinión, considero que un Maestro debe tener, muchos valores. Destacándose entre ellos:

La Integridad, el profesionalismo, el respeto, ser competente en la materia, una espectacular pedagogía, tener mucha dedicación y ser individuos muy solidarios.

Los maestros deben ser congruentes entre lo que,” ellos dicen y lo que hacen".

Porque la conducta que proyectan es observada por todos y la misma debe ser imitable.

Yo tuve la gran suerte de tener grandes maestros. Mi primer maestro fue Mario García del municipio de Guanajay.  Con el tuve mi primera clase hace 60 años, de él aprendí judo, a respetar, a competir y me convirtió en una mejor persona, además de prepararme para que me integraran a la selección nacional de judo. Mi maestro cambió mi vida. Hoy con más de 84 años sigue impartiendo judo lo cual es admirable. Dios lo bendiga. Gracias maestro.

En el equipo nacional. Tuve la suerte de tener contacto con lo mejor del judo competitivo nacional, el honor de ser discípulos de un gran entrenador, maestro y ser humano. El Sensei. HAN CHANG YI. Que además le llevo a Cuba nuevos sistemas y métodos de trabajos en el entrenamiento del judo y la competencia. Garantizando grandes resultados a través de la continuidad de sus discípulos para el futuro.

En la escuela fajardo mi maestro fue el Sensei Luis Guardia. Fundador del judo cubano y un PEDAGOGO natural su carácter, sus métodos y formas de enseñanzas te atrapaba y te hacia su más fiel admirador.

Y ese no es solo mi criterio personal. También lo es de muchos JUDOKAS que tuvimos la oportunidad de ser sus discípulos.

Repito es mi opinión. Que la maestría y el grado de Maestro no es un diploma alcanzado, ni tampoco un decreto administrativo. El título de maestro te lo otorgan el respeto, la dedicación. la pedagogía y los años de docencia. lo cual te hace conquistar la admiración y estimación de tus discípulos por la conducta que tú proyectas y que consigues obtener ante tus discípulos.

Eso sí es maestría. Eso es ser maestro. Ese respeto y admiración a un maestro. No se lo dan los diplomas. Ni títulos, tampoco los cursos y seminarios o cartones que cuelgan en la pared... ni siquiera los grados docentes o científicos obtenidos en diferentes instituciones.

No señor ¿sabes porque? porque el maestro es un ser muy especial.

Muchas gracias.


Pedro Chirino Rentería.
ROKUDAN USTKJ. / UPJ. / I.M.A.O.

 

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