Jeet Kune do.
Los comienzos marciales de Lee Jun Fan, que era su nombre chino, comienzan a los 13 años de edad en Hong Kong, a través de las enseñanzas del maestro de Wing Chun, Yip Man. El motivo por el que Lee quiso aprender éste método de pugilismo del sur de China fue para aprender a defenderse en algunos conflictos callejeros en los que algunos jóvenes de Hong Kong andaban involucrados por aquel entonces. También cabe mencionar que Lee era relativamente conocido por ser un actor infantil, y eso traía como consecuencia burlas e intentos de amilanarlo por parte de otros grupos de jóvenes. Y dado que el carácter de Lee era todo lo contrario a ser sumiso y aguantar chanzas, decidió apuntarse a dicha escuela de Wing Chun. También por aquel entonces iba aprendiendo cosas sueltas de otros estilos de Kung Fu, tal y como Hung Gar, Choi Li Fut o Ching Wu, si bien su interés siempre estuvo centrado en el Wing Chun.
A la edad de 18 años, su padre decidió mandar a su hijo de regreso a EE.UU. para que mantuviera la ciudadanía estadounidense (nació en San Francisco durante una de las giras de su padre, que era actor de la ópera china), y también de paso alejarlo de las calles de Hong Kong, puesto que estaba continuamente metiéndose en problemas y temía que terminara por un mal camino. Así pues, el joven Lee se trasladó a Seattle para trabajar en el restaurante de una amiga de la familia.
En Seattle, Bruce se apuntó a estudiar la carrera de Filosofía en la universidad, y en ése ambiente universitario comenzó a conocer gente y empezó a enseñar clases de su “gung fu”. Poco a poco fue teniendo más alumnos, y esto le animó a abrir su propia escuela, a la que denominó “Jun Fan Gung Fu Institute”, y en el cual enseñaba el método que denominó “Jun Fan Gung Fu” o “Jun Fan Method", el cual se basaba principalmente en el Wing Chun junto a algunos aspectos sueltos de otros estilos que aprendió en Hong Kong. Según él mismo escribió en sus apuntes, quería crear un “estilo superior de Gung Fu”.
En Seattle aprendió Judo a través de alumnos suyos que tenían cinta negra en el citado arte y algunos eran campeones de competiciones locales. También aprendió de un maestro japonés de daba clases en la universidad (Shuzo Kato, 7º Dan) y conoció al maestro Hayward Nishioka, medalla de oro de Judo en los juegos panamericanos de 1967.
Su matrimonio con una mujer de raza blanca hizo que se tuviese que ir de Seattle, ya que la familia de ella no aprobaba que su hija rubia y de ojos azules se hubiese casado con un hombre de raza china (hay que recordar que el racismo estaba muy vigente en los EE.UU durante la década de los años 50 y 60), con lo cual se trasladó a Oakland y vivió en casa de un alumno suyo. Ese alumno era un hombre mayor que era experto en el estilo de Kung Fu Sil Lum, también con experiencia en Judo, y supuso otro paso al crecimiento marcial del joven Lee. Así mismo, lejos de ser una persona de mente cerrada, estaba siempre abierto a relacionarse con otros artistas marciales y absorber todo aquello que le pudiese servir para la creación de su propio sistema. El conocido maestro de Jiu Jitsu Wally Jay fue una de las personas con las que frecuentaba durante su estancia en Oakland.
La fama de las asombrosas cualidades físicas de Lee corrió rápido en los circuitos marciales de la época. Esto hizo que Ed Parker (fundador del Kenpo-Kárate) le invitase a Los Angeles para que hiciese una demostración de su Gung Fu durante la celebración de los conocidos campeonatos de Long Beach, donde anualmente se reunían la flor y nata de los maestros y competidores de la época. La exhibición de Lee causó impresión entre los asistentes y Ed Parker grabó dicha exhibición.
De vuelta a Oakland, Bruce tuvo una experiencia que le hizo cambiar todos los cimientos de su enfoque marcial y dio inicio al comienzo de su revolución: fue retado por un practicante de Kung Fu chino recién llegado de Hong Kong (popularmente se indica que los motivos por los cuales dieron lugar a esta pelea eran que Lee se negó a acatar las órdenes de la comunidad china de San Francisco, que obligaban a que el Kung Fu fuese sólo enseñado a los compatriotas chinos, pero esto es una leyenda popular que no fue el verdadero motivo de ese enfrentamiento). Si bien Lee logró ganar dicha pelea, se sintió frustrado; había visto que su “Wing Chun modificado” no le había servido en esa situación, había tardado demasiado en que su oponente se rindiera (3 minutos) y había terminado agotado. Ése fue el punto de inflexión que le llevó a reflexionar y le hizo crear el embrión de lo que más tarde denominaría Jeet Kune Do.
Poco después, la familia Lee viajó a Hong Kong para que sus padres pudieran conocer a su hijo Brandon recién nacido, y esa estancia en la ciudad donde pasó su niñez le hizo cambiar sus enfoques sobre el arte de la lucha, pero curiosamente no a través del Kung Fu, sino de dos artes occidentales: el boxeo y la esgrima. El hermano mayor de Bruce era un conocido practicante de esgrima que incluso formó parte de las pruebas preparatorias a los juegos olímpicos de 1960. Bruce tomaba numerosos apuntes de los libros de esgrima de su hermano y mandaba cartas sobre ello a los dos asistentes instructores que había dejado al cargo de sus dos escuelas en Seattle y Oakland. La movilidad de la esgrima, su juego de pies y su sentido de la distancia empezaban a tomar forma en esta nueva evolución del arte que Lee estaba creando, así como la mayoría de las tácticas usadas en la esgrima, que las hizo propias pero adaptándolas a las manos vacías.
Tras su vuelta a los EE.UU, fue llamado para actuar en una serie de TV, ya que aquella grabación de Ed Parker sobre su exhibición en Long Beach fue vista por productores de Hollywood, con lo cual la familia Lee se trasladó a vivir a Los Angeles. Allí abrió su tercera escuela “Jun Fan Gung Fu institute” y se rodeó de reconocidos artistas marciales que le permitieron seguir estudiando diversos aspectos de otros estilos. Maestros de renombre como el ya citado Ed Parker, John Rhee (considerado el padre del Tae Kwon Do americano) o Ralph Castro (fundador del Shaolin Kenpo). Así mismo, la reputación de Bruce Lee creció enormemente entre la comunidad marcial, lo que le llevó a convertirse en el instructor de los mejores competidores de aquella època, entre los que se encontraban Joe Lewis, Chuck Norris, Mike Stone o Louis Delgado. Su relación con estos artistas marciales de procedencia japonesa y coreana hizo que Lee se replantease completamente su forma de realizar las patadas, lo que supuso una gran mejora en su ejecución. Así mismo, también tuvo relación con maestros del arte de los agarres y proyecciones, tal y como Gene LeBell o Jin Han Jae, fundador del Sin Moo Hapkido.
Un influencia fundamental en la creación del arte de Bruce Lee provino del boxeo. No se perdía ningún combate de Mohammad Ali (entonces llamado Classius Clay) y tenía grabaciones en super 8mm de boxeadores como Rocky Marciano, Jack Dempsey, Joe Louis o Sugar Ray Robinson, pasándose horas analizando los combates. Así mismo, Bruce Lee tenia una amplia biblioteca de 2.500 libros sobre distintas formas de combate, siendo en su mayoría libros sobre boxeo y esgrima (debo mencionar, no sin manifestar antes lo honrado que me siento, en que he sido una de las escasas personas en el mundo que han podido visitar y estudiar la biblioteca privada de Bruce Lee, gracias a la autorización de su hija Shannon, y destinada a recabar información para la publicación de mi libro “Jeet Kune Do, el camino de la simplicidad”).
El arte del Jeet Kune Do se basa más en el refinamiento que en la acumulación, como el paralelismo con el escultor, que no crea su escultura a base a añadir trozos de mármol, sino en tener un bloque de mármol (conocimiento de la base) y dedicarse a la ardua tarea de pulir aquellas partes que no son necesarias para su elegida figura. Como el famoso artista del renacimiento Miguel Angel dijo sobre su “David”, una de sus más conocidas esculturas: “David ya estaba dentro del bloque de mármol. Yo sólo me limité a eliminar aquellas partes que no le pertenecían”.
A nivel histórico, debemos súbitamente interrumpir la historia de su evolución marcial debido a su prematura muerte a los 32 años. Nadie sabe qué derroteros hubiese tomado su arte de haber seguido vivo pero, como mi maestro Ted Wong (que fue su último estudiante privado y quien fue testigo de su último proceso de evolución marcial) indica, Bruce Lee tenía ya las bases de su método establecidas y nos legó un “mapa de carreteras” en el que poder basarnos. Obviamente, al ser la vida un proceso de constante cambio, pudiese haber hecho algunas modificaciones, pero su “raíz” estaba ya asentada, y esas modificaciones hubiesen sido parte de las “ramas”.
“Lo que en verdad importa en Jeet Kune Do es la raíz y no las ramas. La raíz es el conocimiento real, las ramas son el conocimiento superficial. La raíz es la base en la cual descansan las expresiones del alma, el punto de partida de todas las manifestaciones naturales. Si la raíz es buena, así lo serán también sus manifestaciones”. Bruce Lee
Joaquín Marcelo Martínez
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